jueves, 3 de junio de 2010

MAGULLADO EN NAVIDAD I

Cuando tenía 12 años solía ser un niño inquieto y alegre, travieso, hasta un poco diablillo como la mayoría de mocosos. De hecho sólo esperaba con impaciencia 2 fechas del calendario: mi cumpleaños-por la cantidad de beneficios que significaban para mi- y la Navidad. En esas épocas, aparte de empacharme con paneton de todas las marcas, los fines de semana me veía obligado, casi arrastrado a salir de compras con mi madre. Para no aburrirme me divertía molestando a alguno de esos tipos panzones disfrazados de Papa Noel que deambulaban en los centros comerciales. Como siempre fui medio curioso me ponia a preguntarle un monton de sonseras, uno hasta me confesó que estaba harto de ponerse ese ridículo disfraz. Todas las mañanas ni bien despertaba, desayunaba como un desesperado y salía corriendo con la boca repleta de pan, a subirme en un skateboard, a saltar, a caerme, a sacarme la mugre, a reirme y a disfrutar de las vacaciones de fin de año con mis amigos...